No voy a entrar a valorar ni campañas, ni programas (¿había?), ni actos, ni debates, ni las manipulaciones mediáticas hacia la atención bipartidista… ni los resultados, ni las interpretaciones (vergonzosas), ni las justificaciones.
Sorprende una imagen, que es una buena síntesis paradigmática del panorama político general. Al finalizar el período, del centro de la Rambla de Tarragona, se retiran los dispositivos para pegar carteles. La novedad de esta campaña es que se tenían que construir en material metálico, jubilando definitivamente los de madera que han acompañado generaciones hasta las anteriores elecciones.
Si en casi 4 décadas de democracia, mientras la sociedad ha evolucionado en todos los órdenes, la ciencia y la tecnología ha cambiado nuestras vidas, y las comunicaciones han revolucionado hasta el límite de la inmediatez… aunque se mantienen estos dispositivos como testigo para la ciudadanía de que estamos en campaña, por si no nos hemos dado por las banderolas colgadas de árboles y farolas…
Son piezas de museo caducadas, utensilios que reflejan la falta de imaginación y el desinterés por llegar a la ciudadanía, cuando se han gastado las fórmulas populistas de visitas a los mercados, los puerta a puerta … Los innovadores, sin embargo, han sacado provecho … como ocurre también en el mundo real de la empresa y la sociedad.