¿Cuál es el éxito de los asentamientos de una congregación humana?, ¿por qué el hombre se agrupa para constituir determinados territorios?, ¿bajo qué contextos se desarrollan y, a qué deben su constante crecimiento?
De las abigarradas respuestas, la cooperación supondría un eje de sobrevivencia como respuesta; es decir, la ayuda como característica de la misma condición humana que, de su confirmación a través del otro, pretende cubrir la necesidad por la comunicación interpersonal, de grupo y (a partir de la modernidad) masiva.
Del tópico en cuestión, con un vasto análisis del concepto, sobresalen dos posturas: quienes afirman que de nuestra historia, gracias a las grandes ciudades, ha sido posible el desarrollo de la raza humana, y quienes afirman que las congregaciones forman parte vital para la gestación de diversas amenazas.
Si… es verdad. Es en las ciudades donde se han generado grandes devastaciones, como las pandemias; de donde todo se acelera propiciando la explotación lasciva de los recursos naturales, constituyendo un nicho para la generación masiva de desechos de la actividad humana,… y, por ende, la precipitación inminente del cambio climático.
Si… del hecho, la relación riesgo – beneficio, las ciudades han constituido diversos aspectos para el hombre, como: la identidad, la imagen, la organización, el orden, la seguridad, la disposición, la construcción, el conocimiento, el crecimiento, entre otros. Han sido, son… los sitios geográficos en donde el desarrollo de la humanidad ha gestado los últimos adelantos de nuestra historia.
De las posturas y del contexto histórico,… el reto va más allá del éxito obtenido por las grandes ciudades (New York, París, Ámsterdam, Berlín, etcétera), en donde el dicotómico mensaje de las tecnologías de la información y comunicación se adereza por la llamada sustentabilidad.
Del término anglo “smart”, las ciudades de primer y segundo orden, así como las llamadas emergentes, deben asociarse al mote inteligentes: el desarrollo hacia ciertos aspectos, como características vitales en: economía (mercado – industria), movilidad (medios de comunicación), medio ambiente, habitantes (servicios); forma de vida (formación/crecimiento profesional y personal), administración (acceso total a la administración pública) y turismo – internacional.
El éxito de una ciudad sin duda parte de la condición del hombre, del modo como emerge, de su consolidación y raciocinio. Visto con la perspectiva del economista norteamericano Glaeser, las grandes orbes, tal como refiere el título de su libro Triumph of the City: How Our Greatest Invention Makes Us Richer, Smarter, Greener, Healthier, and Happier, son la clave para el futuro de la humanidad.
Según lo expuesto en marco del Smart City Expo World Congress (2014), y de acuerdo con lo antes abordado, una Smart City debe considerarse a través de los siguientes aspectos:
sostenibilidad, energía, movilidad, tecnología, gobernanza y gobernabilidad y ciudadanía smart.
Buscada, adaptada, planeada, utópica, …pueden ser los adjetivos… Hoy muchas ciudades se ponen los anteojos, unas se jactan de su nueva imagen para atraer las inversiones externas, y algunas otras, que a sabiendas o con comprensión total del término, son edificadas desde cero.
De la preponderancia o prioridad de los aspectos señalados podría generarse un gran debate. No es mi intención ser mal interpretado, sólo quiero hacer hincapié en no olvidarnos del origen de los asentamientos en congregación humana y la supuesta comunicación implícita, ya que deslumbrados ante las innovaciones tecnológicas, solemos olvidar que son las personas y las dinámicas sociales las que determinan, en gran medida, el éxito o el fracaso de una ciudad.
Por lo que Gobernanza y gobernabilidad, así como ciudadanía smart, podrían ser de la comunicación y del riesgo, (visto como oportunidad y no como crisis, ni emergencia) la clave para consolidar una smart city.