Hasta hace algunos días, el servicio de mensajería instantánea de la aplicación WhatsApp® incorporó actualizaciones a su sistema operativo multiplataforma, dos meses después de que su Consejero delegado, Jan Koum, anunció, a través de twitterTM, que la ahora también aplicación multimedia, sumaba ya cerca de 600 millones de usuarios activos a nivel mundial.
Para muchos, estas actualizaciones podrían significar una mayor oportunidad de comunicación, ya que la palabra en sí misma hace alusión a la oferta de ventajas sobre una reestructuración o cambio, pero para otros puede generar sensaciones de apatía o miedo, por el simple hecho de verse forzados a abandonar sus esquema(s) establecido(s)… tal como sucede con la integración al mensaje del doble check de color azul. **
De acuerdo con la aplicación, este icono de la bi azul palomita indica que el destinatario no sólo ha recibido nuestro(s) mensaje(s) sino que también lo(s) ha leído. Un cambio, que de su aparente sencillez, ha propiciado de la ambivalencia el malestar de algunos clientes.
Con esta oferta de actualización, se rompe además el mito sobre las dos palomitas de color gris, las cuales, según WhatsApp® únicamente significan que el (los) mensaje(s) ha(n) sido recibido(s), a diferencia de la palomita gris que indica que el mensaje no fue recibido.
El doble check es malestar para quienes le perciben como una invasión a la intimidad, es decir, la una alerta antecedida por el riesgo, visto a través del miedo hacia la pérdida de la privacidad. Un reflejo que como bien señala el sociólogo U. Beck es parte de nuestra sociedad “tardía o de riesgo”, nutrida a veces, por la incertidumbre; la bidireccionalidad como resultado del doble mensaje de la comunicación, o bien por la mediatización masiva… colectivo que apoyado por la teoría de la estructuración de Giddens, podría valerse desde todos sus ejes y por cada uno de sus partícipes para hacernos sentir que efectivamente vivimos en tiempos violentos.
Pero, a no desviar la atención y, volviendo al caso de las actualizaciones que propician cambios, habrá que recordar que algunos usuarios de WhatsApp®, por causas de aparente seguridad o amenaza, recurrieron a activar una función que la app ofrecía: desactivar la hora de conexión; con lo que de esta forma ninguno de sus contactos podía controlar cuándo entraban o salían de la aplicación y viceversa, sin embargo con la “nueva innovación”, lo anterior afirman algunos, es ahora totalmente obsoleto.
Es así que miles de usuarios del servicio de mensajería instantánea siguen (quién sabe hasta cuándo) expresando su malestar a través de otras redes sociales (twitter), sin embargo habrá que señalar que este malestar no ha sido suficiente para que quienes se expresan negativamente abandonen su cuenta de WhatsApp®. Por lo que se podría cree que la conducta humana frente a todo cambio seguirá siendo factor de resistencia, una constante que finalmente es consensuada, asimilada y olvidada.
** Imagen. El doble check color azúl de WhatsApp. Tomado de un dispositivo móvil – Smart Phone. 2014