“Son una gran oportunidad”… es la respuesta que emiten los individuos, en su gran mayoría, al cuestionarlos sobre los cursos en su modalidad online. Y efectivamente, la vía que supone el Internet representa circunstancias favorables para el continuo aprendizaje y/o la educación a distancia, al menos eso es lo que supondría.

Todo comenzó con la conjunción del Internet y la educación continua, cuando surgió el concepto b-learning (blended learning), es decir la enseñanza de tipo semipresencial, de forma acelerada le precedió la modalidad e-learning o aprendizaje electrónico, y así se acuñó el término de los Cursos Abiertos Masivos en línea (Massive Open Online Course (MOOC / 2008 •¹).

Fue gracias al elevado número de adscritos a un curso de aprendizaje abierto ofertado por la Universidad de Utah (USU •²) …surgía así una gran industria, la era de las TICs acompañaba a los MOOC con la premisa sobre la democratización de la educación profesional.

La gran información alojada en la red de redes no sólo supuso un mayor alcance a la preparación profesional, sino también la construcción del conocimiento a través de la experiencia colectiva, en donde el tiempo y espacio no representaban limitante alguna. **

Todo un crisol de posibilidades se elevaba ante los ojos de emprendedores y adscritos, el objetivo: obtener una mayor y mejor preparación tanto profesional como personal… ¿pero entonces por qué surge de las mismas personas anteriormente cuestionadas un tajante “no” ante la pregunta: “ha realizado algún curso en línea”.

¿Los MOOC han muerto? Revisemos… es una realidad que: el auge de los Cursos se dio a través de un acelerado crecimiento seguido por una decreciente apabullante. Al vasto número de adscritos en diversos cursos ofertados por varias instituciones universitarias de gran prestigio le siguió un estimado superior al 50 por ciento de deserción.

Al éxito esperado, los detractores de los MOOC pronto cuestionaron la calidad, efectividad y validez de los Massive Open Online Course. A la lista de claras desventajas se sumó la falta de contextualización, la nula detección de habilidades necesarias para el estudio autónomo, poca sustentabilidad de la comunicación entre estudiantes e instancias responsables, así como una baja rentabilidad para sus ofertantes.

Seguido de lo anterior la promesa sobre democratización del aprendizaje se venía abajo, ya que investigaciones al respecto revelaban que más de la mitad de los adscritos a algún MOOC ya poseían algún título de posgrado. Y si el acceso entonces era restringido para quienes tenían acceso al Internet, era inimaginable para quienes procedían de países en vías de desarrollo.

Fue entonces que, a finales del 2014, los preceptos de los MOOC fueron restablecidos como una estrategia, en donde sus tácticas (e-mail, web, foros de discusión, mensajería instantánea – chat, plataformas de formación, redes sociales, entre otras) se retomaron a través del b-learning… donde a la promesa de democratizar el aprendizaje, se le sumó el prefijo de modernización, es decir, los MOOC vistos no como el futuro de la educación superior, pero sí como elemento necesarios para asegurar un mejor futuro al desarrollo de la educación profesional.

Finalmente, algunos de los cambios que deberían plantearse para asegurar la calidad de los MOOC podría ir enmarcados sobre: la homogeneización de conocimientos necesarios por parte del aspirante para realizar el curso previo a un curso online; si a lo anterior le sumamos el factor humano, sobresale el compromiso de cada usuario, la dedicación en tiempo, la autorregulación y el planteamiento de objetivos personales.

¹• “Connectivism and Connective Knowledge (CCK08)” by George Siemens y Stephen Downes – the firts MOOC

²• Utah State University – Logan, Utah, United States of North America

** Imagen. MOOC online .es portal web.